Sensaciones: Retazos de vida...

Soledad..., ella es mi compañia.
Me encojo de hombros con desaliento. Esa es la palabra que define quien soy, cómo me siento.
Soledad…
No me atrevo a comentar esta sensación con nadie. ¿Cómo explicar que me siento solo y a la vez estoy rodeado de tanta gente…?
Nadie me creerá.
La miro, ella rehúye mi mirada.
Me siento solo… Camino, evito tropezar con la gente. Decenas de personas me saludan a diario, pero.., me siento solo.
Dicen que soy uno de esos humanos a los que llaman “triunfador”, pero… cada noche cuando avanzo cansado en busca de la cama, me siento solo.
Soledad…
Enarco las cejas. Necesito comunicarme. Saber que soy importante para alguien.
Si.., importante. No quiero que sonrían al personaje. Deseo que busquen el corazón de la persona. Eso que soy, no el que represento ser.
Soledad, ella me acompaña en esta vida.
Deseo tener alguien a mi lado, que desee escucharme cuando mi estómago siente hambre. Deseo, que cuando la angustia visita mi alma, esté ahí conmigo entregándome protección. No quiero ocultar mis momentos de tristeza. Quiero, que cuando una lágrima recorre mi cara, alguien se de cuenta de que solo soy un ser humano mas… y me entregue un abrazo protector. Si, que me abrace. Un abrazo largo e intenso. Un abrazo como los que te dan momentos antes de la despedida.
Solo…
¿Cómo decir que estoy solo, cuando tanta gente me rodea?
¿Cómo explicar, que es mi cuerpo lo que ven y que mi alma viaja escondida dentro de una coraza que puja por abrirse?
Soloedad…
¿Alguna vez te has sentido solo?
La tristeza inunda el pensamiento poco a poco y se apodera de tu alegría. Deja ver la sonrisa en tu cara, pero oculta el desierto que llena tu corazón.
Sientes que deseas ser un libro abierto donde los demás sepan leer tu necesidad vital de mostrar tu debilidad…, pero cierras las tapas del mismo, con un candado invisible. Todo ello lo haces apenas sin darte cuenta y… dejas el libro ahí… cerrado, como si de un diario oculto escrito por un adolescente se tratara.
Llegas a casa, sonríes… Ella te mira, pero solo ve tu cuerpo. No sabe, no puede, no quiere ver más… No sabes bien cual es el motivo, pero no llega a tu interior… Quieres que llegue a ti, pero no le indicas el camino. Y un día más, mientras notas que cae la noche y con el pecho congestionado por la angustia… te sientes solo.
                              
Solo contigo mismo, con tus ideas, con tus ilusiones, con tus frustraciones. Solo…
Piensas… ¿esto será normal? ¿lo vive todo el mundo?
Al otro día me cruzo en la escalera con mi vecino. Lo miro detenidamente, parece feliz… ¿Cómo la hace? No parece estar solo.
Al llegar al trabajo observo a mi compañera de mesa. Lleva años sentada en esa escritorio frente a mí y siento que no me conoce.. Sonríe con naturalidad. Creo que es feliz… ¿Qué pensará de mi? ¿Se dará cuenta de mi soledad?
La angustia llena mi pecho, pero ante su saludo sonrío con educación. No quiero que perciba como me siento…  
Si, me siento solo… y ello me da miedo
¿Este será el precio de hacerse mayor? ¿de envejecer? Ya no juego con mis hijos, han pasado la adolescencia, siento que ya no me necesitan. Mi mujer tiene su circulo de amigas, con ellas pasa las horas y.., aparentemente se la ve feliz ¿se sentirá sola en su silencio, al igual que yo?
La miro a los ojos, con ellos le grito mi soledad. Pero.., mi boca guarda silencio. Ella mira mis ojos, pero no puede ver lo que habita en mi interior. No es capaz de escuchar los gritos de mi silencio…
Y… me siento solo…
Mañana comenzará un nuevo día. Al despertar sentiré la compañía de la nostalgia un día más. Querré que alguien se convierta en mi salvador y me rescate de mi soledad. A medida que pasen las horas de ese nuevo día, iré perdiendo la esperanza… y al llegar la noche, al acostarme… un día más me sentiré igualmente solo…
Dormiré abrazado a la almohada, ese objeto inerte que cada noche me arropa y que en mi interior he bautizado con ironía con el nombre de… Soledad.


Jp.Torga          

1 comentario:

  1. Es tu soledad un retazo de la mía. Ya no estás solo... o, al menos, tan solo, porque yo sí miro a esos ojos que gritan y escucho su silencio.
    Desde mi soledad a la tuya, un abrazo cómplice.

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